Sobre qué decir

1- ¿Escribo para el que ya vio la obra o para el que todavía no la vio?

2- ¿Traiciono a alguien (al espectador o al artista) si digo o no digo que la obra me pareció buena o mala, que me gustó o no me gustó, que la entendí o no la entendí? ¿El que lee sabe en qué medida todo esto está entrelazado? ¿Lo sé yo?

3- ¿Cuento de qué se trata o cómo se ve? ¿Trato de describir llanamente lo que vi o también lo que sentí? ¿La percepción cinética es más subjetiva que la vista? ¿Eso significa que debe quedar del lado de afuera o de adentro, o que tengo que poner un disclaimer cada vez que vaya a decir algo que no creo que esté necesariamente en la obra? ¿Sabría dónde trazar la línea?

4- Quiero que mis textos digan algo de la obra que no sea evidente en una primera aproximación. Quiero perforar la obra y para eso creo que hay que alejarse un poco, ir a buscar a otro lado, compararla con otras cosas, para poder encontrar y aportar algo nuevo, para enriquecer el diálogo sobre la obra, porque a más y mejor diálogo, más y mejor espectación, más y mejor público, más y mejor compartir.

5- Entiendo la crítica como un análisis, un discurso segundo, escolta, que acompaña, que reflexiona. Quiero que sea un discurso de consumo placentero, que se disfrute por sí mismo, que no sea meramente informativo o descriptivo, ni un consejo sobre qué hacer un sábado por la noche. Me gusta también que se deje empapar retóricamente por aquello a lo que se refiere, que no sea soso o rígido, que baile también él.

6- Me parece fundamental que la producción crítica tenga en cuenta el estado del arte y las condiciones de producción en el mundo del que habla. Eso permite entender y considerar las necesidades de los actores (creadores y espectadores, que muchas veces coinciden pero que deseamos ver ampliados), saber para qué y para quién se escribe.

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