Las Bernardas



No una, ni dos, sino siete Bernardas se mueven en una escena estrellada que refleja en el suelo las letras de las que nace su universo. Inspirada en temas de La casa de Bernarda Alba, esta otra casa no está delimitada por paredes, sino que emerge de un lenguaje despojado, un poco danza y un poco pantomima, de una economía precisa, sin exacerbaciones.



No hay en Las Bernardas de Teresa Duggan despliegue de destrezas ni emociones a flor de piel que distraigan de la oscuridad que construye: el drama, la opresión, la culpa todopoderosa salpicada de risas y juegos como el suelo de letras estrelladas son los verdaderos protagonistas.

Las siete Bernardas (hijas, madres, hermanas, fieras, por momentos todo a la vez) impostan sus voces contra Adela, la única nombrada, bendita y condenada por la juventud que la distingue, el color verde de su vestido un clamor de vida y un augurio del pasto bajo el cual descansará, porque (ya lo sabemos), la fachada y la armonía de la familia de Bernarda terminarán por aplastarla.

Bernarda suena, también, inconfundible en su lugar de mando, pero a través de palabras extranjeras: extrañas, externas y ajenas a los cuerpos que en la tierra la oyen bramar con la distancia y la potencia de las campanadas. Al igual que la multitud de sillas, la voz de Bernarda, los cantos y los rezos llegan desde el mundo del cine.

Solo la gata, negra como el atuendo de sus amas, es libre de apartarse de la ley de la casa y puede jugar interminablemente. Las mujeres, en cambio, solo ríen un instante, juegan y cantan un instante, sueñan con sus bodas y se adornan de blanco pero apenas un instante. Enseguida sobrevienen el luto, la contrición, la penitencia.

La gata, amaestrada lo suficiente para posar ante la lente que retrata periódicamente la fachada armónica de la familia de Bernarda, es la única que se permite ver el reverso, apuntar su larga cola al bombillo de la cámara para husmear detrás y conocer los horrores que ocultan las sonrisas de las Bernardas que guardan la vida al precio más alto. La gata acaso respondiese al llamado de la Poncia.

LAS BERNARDAS

Coreografía y dirección: Teresa Duggan
Intérpretes: María Laura García, Daniela Velázquez, Magda Ingrey, Vanesa Blaires, Laura Spagnolo, Josefina Perés, Gabriela Pizano - Vanesa Ostrosky.

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