De como estar con otros



Estar con otros a través de una remera, por una remera, a propósito de una remera, a pesar de una remera. Los cuerpos mutan en esculturas momentáneas, solos junto a los demás, colgados de los demás, atados a los demás. Se cubren y descubren los rostros, propios y de los otros. Es el poder que ejercen: el de cegar, ahogar, y devolver la vida.


Hay acrobacia y velocidad creciente, pero con esfuerzo. Se oye el cansancio en la respiración y esos cuerpos no flotan, buscan la elevación pero la gravedad los atrae demasiado, como buscan la soledad pero los demás también los atraen y no logran zafarse. Caen, se encuentran, vuelven a intentarlo.

Los tubos de luz apilados en una esquina enfrentan el panel luminoso de colores cambiantes. Cuando todo se apaga, una escena se recorta en el centro; una pantalla nocturna en la que brazos, piernas y cabezas se unen a un gran torso,  en unidad momentánea, quizás temerosos de la noche.

La voz emerge como risa, como cansancio, como hartazgo, como reproche. Emerge fuerte y como murmullo. Los cuerpos son tres y son amantes a veces, y su contracara. El recelo los reúne para separarse y el solipsismo los aparta definitivamente hasta la próxima vez.

DE CÓMO ESTAR CON OTROS

De Celia Argüello Rena, Pablo Castronovo y Andrés Molina

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