Saudade


"Uní las puntas", le dice Germán a Sergio mientras descubre los muebles de su antigua casa. Las sábanas blancas que recoge y pliega cuidadosamente parecen recién extendidas sobre el sofá y el tocadiscos, pero ya llevan varios años de una espera silenciosa. Durante la próxima hora, estos dos personajes se dedicarán, justamente, a unir puntas, a atar cabos entre su historia y su presente, y a tejer los hilos de su propia identidad.

Dos planos temporales se atraviesan; dos pasados, que hoy podemos ver a cierta distancia, son dotados de igual actualidad. Los prejuicios de ayer y los de antes de ayer cubren las relaciones al igual que las sábanas cubrían los muebles, ocultando casi por completo las historias personales. Desde las patas visibles de este antiguo mobiliario hasta las superficies revisitadas por el regreso de Germán, las telas se deslizan lentamente, develando el escenario en el que se sucederán los encuentros inesperados entre seres del mismo tiempo y entre seres de tiempos distantes.
Una familia llegada de Brasil y una pareja de recién casados entablan una amistad que redunda en el vínculo futuro entre sus dos hijos: el que a su encuentro tenía ocho y el que aún estaba por nacer. En el más acá, ellos serán los encargados de reconstruir los hechos que llevaron a los desencuentros posteriores. Con su llegada, Germán comienza a correr velos y a tender puentes que, junto a Sergio, se atreverá poco a poco a recorrer.

Mientras uno compone sus canciones, el otro construye una memoria común con los objetos que emergen de las cajas de la mudanza (la antigua, la que los sacó a sus padres y a él de esa casa a la que ahora vuelve). Todo lo importante vive en esas cajas que nadie desarma, en las que se hurga con resquemores, y la creación de un nuevo hogar en este viejo departamento queda en suspenso, esperando las respuestas a las preguntas que horadan la memoria.

Como extraídos de las cajas, surgen también a la escena momentos de la historia familiar que, cual espectros, conviven con el presente de quienes los conjuran. Los puentes tendidos desembocan en calles paralelas: las relaciones de ayer y las de anteayer, los hogares habitados a medias, los encuentros fortuitos, los temores, los secretos y las ausencias. Un mismo eje atraviesa los dos tiempos y supone un tercer momento, el de nuestra actualidad, que, aunque nos resulten transparentes, también tiene sus propios cristales para entender las relaciones entre las personas, lo normal y lo correcto, los deberes de familia y el derecho a ser y a amar.

Hilvanada por un leit motiv ineludible y montada sobre diálogos fluidos y realistas, Saudade apuesta a la eficiencia de su escenografía utilizando la cantidad justa de elementos para relatar estas historias que se engarzan de formas peculiares. Su texto aborda un tema actual bajo las lentes del pasado y logra poner de relieve las consecuencias que aquellos cristales, hoy obvios pero entonces transparentes, legaron a las generaciones que las sucedieron.

SAUDADE
Dirección: Lucas Santa Ana
Dramaturgia: Lucas Santa Ana y Francisco Ortiz
Actores: Gabriel Gavila (Germán), Patricio Witis (Horacio), Facundo Martín (Sergio), María Lía Bagnoli (Elvira), Agustín Aguirre (Nazareno), Pilar Abentín (Ana)
Realización de Escenografía y Vestuario: Mariana Petrini

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